martes, 26 de abril de 2011

Cena cósmica

Cosas sorprendentes que te pueden pasar en Nueva York: salir a cenar con un grupo de pseudo desconocidos y echar bichos y culebras por la boca por haber sido apartada del colectivo denominado ‘tiarrones heteros’ y haber sido conducida a la esquina de la mesa de temática ‘gays rellenitos’.

Lo mejor, averiguar que no podrías haber deseado otra ubicación pese a que en mi esquina, la moral, no me la subieran. ¿Por qué? Cenar delante de un astrofísico dedicado en alma y espíritu a la Cosmología, resurrección del mismísimo Carl Sagan, no pasa todos los días. Que trabaje en tu museo favorito, el de Historia Natural en simulaciones por ordenador, tampoco. Que sea divertido y su capacidad divulgativa te deje con la boca abierta porque “pasamos por la vida sin entender casi nada del mundo”, me encantó. Que la teoría de Radiación de fondo de Microondas nos deje a toda la mesa boquiabierta fue fantástico. El chico: un encanto. Desgraciadamente, gay, como toda la ciudad.

Lo más conveniente: que Cosmología sea tu ultima asignatura de la carrera a falta de la entrega de unos cuantos artículos. Así que ya tengo cita para la semana que viene: Museo de Historia Natural, planetario, zona prohibida al público normal, acceso ilimitado a.. nuevos amigos de astrofísicos!

Por cierto, el restaurante muy recomendable: Sea Thai en Meatpacking District y en Williamsburg (vamos, las dos zonas de la ciudad más pijamente cool). Me gustó tanto que repetí en el de Brooklyn una semana después.

http://www.seathainyc.com/

Platos recomendados:

-Drunken Man Noodles
-Beef Malay Massaman Curry



Tocado, hundido

12 avenidas y 212* calles. Líneas rectas, cuadrados perfectos. Imposible perderse y más difícil acertar dónde carajo estás (Norte, Sur, ¿Este quizá?) en el caso de que se te ocurra subir de las catacumbas del metro a la confusa superficie de Manhattan sin haber consultado antes el mapa en el subsuelo.

La mayoría de las calles en Manhattan son rectas en toda su extensión. Muchas son enumeradas y llamadas St (por street, calle) o Ave (por avenue, avenidas). Hay tres avenidas que tienen nombres (Madison, Park y Lexington) las cuales se encuentran entre la Tercera y Quinta Avenida. El resto de las avenidas se enumeran consecutivamente de la 1 a 12. Las calles van de la 1 a la 212.

El diseño en su mayor parte es que las avenidas corren de Este a Oeste y las calles de Sur a Norte. La calle primera es la más al sur, la 212 es la más al norte. La Quinta Avenida divide la isla en Este y Oeste, lo cual se emplea en la numeración de los edificios. Hay algunas excepciones, algunas diagonales y una pequeña sección, en el Greenwich Village al sur de la calle 12 que no sigue el patrón, pero nada más.

Hay otra avenida, al Oeste de la Quinta y Sur de Central Park, que tiene el sobre nombre de Avenida de las Américas. Aquí, en cada poste de la luz se encuentran los escudos de todas las naciones del Nuevo Mundo.

Por eso, Manhattan es mi gran tablero. Cada vez que quedo con alguien en algún lugar de la ciudad, me entra complejo de ficha de aquel juego de mesa: hundir la flota. Ese soporífero entretenimiento de día de lluvia en el que en un tablero de perfectas líneas perpendiculares tratábamos de averiguar la posición de los barcos enemigos.

“Quedamos en la octava” -Tocado- “En la octava con la catorce” -Tocado y hundido-. Traducción: La ciudad, como el juego, será muy lógica, pero resulta aburridísima. Olvídate de salir a investigar y a perderte en un laberinto de callejuelas zigzagueantes. Las líneas rectas con sus cuadrados perfectos te persiguen.

Caminando por las calles de Manhattan me siento como una ficha en su tablero y me da exactamente la misma rabia equivocarme de esquina que la de perder en un juego de mesa -que es mucha-. Al subir las escaleras del metro, te encuentras, por fin, con ‘La Octava’. Fantástico. No aciertas a ver desde tu posición con qué corta a derecha e izquierda la gran avenida y tienes que encontrar 'La 14'. Repasas la teoría: "las calles van del Este a Oeste, cuanto más grande el número, más hacia el Oeste" caminas hasta la próxima esquina y…no, volviste a errar, te quedaste en la Octava con la Trece. Y, tocada y hundida, vuelves en la otra dirección, hacia la otra esquina.

(*Al terminar de escribir me pregunto si el prefijo telefónico de Nueva York (que es el 212) es por el número de calles que hay en Manhattan -212- (gran chorrada pero no importa), seguiremos informando)

viernes, 8 de abril de 2011

Yo, espalda mojada

Hoy por la calle escuché como me llamaban wetback...


Wetback/espalda mojada/mojados, es una expresión para referirse a un inmigrante ilegal principalmente de origen mexicano en los Estados Unidos. Comúnmente se refiere a mexicanos ilegales, pero de igual manera se aplica a todos los hispanos que han cruzado la frontera de forma ilegal. La expresión fue originada refiriéndose a aquellos que pasaron a Texas desde México cruzando el Río Bravo, presumiblemente nadando o caminando a través, y de esa forma mojándose la espalda.

La primera mención de este término en el periódico fue en la edición de The New York Times del 20 de junio de 1920. Era usado de forma oficial por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica en 1954, con la llamada "Operación Espalda Mojada" (Operation Wetback) un proyecto por el que un buen número de nacionales mexicanos fueron deportados.

"Mojado" o "espalda mojada" se volvió un insulto popular en otros estados con gran población de inmigrantes ilegales, como California, Arizona, y Nuevo México, especialmente entre los que eran presumiblemente afectados, ya fuera por crímenes, pérdida de empleos o supuesta disminución de la cultura estadounidense, por la gran influencia de los inmigrantes ilegales al final del siglo XX.

Mojado es un término usado también en ocasiones por migrantes legales o descendientes de hispanos en los Estados Unidos como insulto a los inmigrantes ilegales. Otro término equivalente coloquial para un inmigrante ilegal que cruza la frontera de los Estados Unidos de Norteamérica es beaner (frijolero en ingles), o spics.