12 avenidas y 212* calles. Líneas rectas, cuadrados perfectos. Imposible perderse y más difícil acertar dónde carajo estás (Norte, Sur, ¿Este quizá?) en el caso de que se te ocurra subir de las catacumbas del metro a la confusa superficie de Manhattan sin haber consultado antes el mapa en el subsuelo.
La mayoría de las calles en Manhattan son rectas en toda su extensión. Muchas son enumeradas y llamadas St (por street, calle) o Ave (por avenue, avenidas). Hay tres avenidas que tienen nombres (Madison, Park y Lexington) las cuales se encuentran entre la Tercera y Quinta Avenida. El resto de las avenidas se enumeran consecutivamente de la 1 a 12. Las calles van de la 1 a la 212.
El diseño en su mayor parte es que las avenidas corren de Este a Oeste y las calles de Sur a Norte. La calle primera es la más al sur, la 212 es la más al norte. La Quinta Avenida divide la isla en Este y Oeste, lo cual se emplea en la numeración de los edificios. Hay algunas excepciones, algunas diagonales y una pequeña sección, en el Greenwich Village al sur de la calle 12 que no sigue el patrón, pero nada más.
Hay otra avenida, al Oeste de la Quinta y Sur de Central Park, que tiene el sobre nombre de Avenida de las Américas. Aquí, en cada poste de la luz se encuentran los escudos de todas las naciones del Nuevo Mundo.
Por eso, Manhattan es mi gran tablero. Cada vez que quedo con alguien en algún lugar de la ciudad, me entra complejo de ficha de aquel juego de mesa: hundir la flota. Ese soporífero entretenimiento de día de lluvia en el que en un tablero de perfectas líneas perpendiculares tratábamos de averiguar la posición de los barcos enemigos.
“Quedamos en la octava” -Tocado- “En la octava con la catorce” -Tocado y hundido-. Traducción: La ciudad, como el juego, será muy lógica, pero resulta aburridísima. Olvídate de salir a investigar y a perderte en un laberinto de callejuelas zigzagueantes. Las líneas rectas con sus cuadrados perfectos te persiguen.
Caminando por las calles de Manhattan me siento como una ficha en su tablero y me da exactamente la misma rabia equivocarme de esquina que la de perder en un juego de mesa -que es mucha-. Al subir las escaleras del metro, te encuentras, por fin, con ‘La Octava’. Fantástico. No aciertas a ver desde tu posición con qué corta a derecha e izquierda la gran avenida y tienes que encontrar 'La 14'. Repasas la teoría: "las calles van del Este a Oeste, cuanto más grande el número, más hacia el Oeste" caminas hasta la próxima esquina y…no, volviste a errar, te quedaste en la Octava con la Trece. Y, tocada y hundida, vuelves en la otra dirección, hacia la otra esquina.
La mayoría de las calles en Manhattan son rectas en toda su extensión. Muchas son enumeradas y llamadas St (por street, calle) o Ave (por avenue, avenidas). Hay tres avenidas que tienen nombres (Madison, Park y Lexington) las cuales se encuentran entre la Tercera y Quinta Avenida. El resto de las avenidas se enumeran consecutivamente de la 1 a 12. Las calles van de la 1 a la 212.
El diseño en su mayor parte es que las avenidas corren de Este a Oeste y las calles de Sur a Norte. La calle primera es la más al sur, la 212 es la más al norte. La Quinta Avenida divide la isla en Este y Oeste, lo cual se emplea en la numeración de los edificios. Hay algunas excepciones, algunas diagonales y una pequeña sección, en el Greenwich Village al sur de la calle 12 que no sigue el patrón, pero nada más.
Hay otra avenida, al Oeste de la Quinta y Sur de Central Park, que tiene el sobre nombre de Avenida de las Américas. Aquí, en cada poste de la luz se encuentran los escudos de todas las naciones del Nuevo Mundo.
Por eso, Manhattan es mi gran tablero. Cada vez que quedo con alguien en algún lugar de la ciudad, me entra complejo de ficha de aquel juego de mesa: hundir la flota. Ese soporífero entretenimiento de día de lluvia en el que en un tablero de perfectas líneas perpendiculares tratábamos de averiguar la posición de los barcos enemigos.
“Quedamos en la octava” -Tocado- “En la octava con la catorce” -Tocado y hundido-. Traducción: La ciudad, como el juego, será muy lógica, pero resulta aburridísima. Olvídate de salir a investigar y a perderte en un laberinto de callejuelas zigzagueantes. Las líneas rectas con sus cuadrados perfectos te persiguen.
Caminando por las calles de Manhattan me siento como una ficha en su tablero y me da exactamente la misma rabia equivocarme de esquina que la de perder en un juego de mesa -que es mucha-. Al subir las escaleras del metro, te encuentras, por fin, con ‘La Octava’. Fantástico. No aciertas a ver desde tu posición con qué corta a derecha e izquierda la gran avenida y tienes que encontrar 'La 14'. Repasas la teoría: "las calles van del Este a Oeste, cuanto más grande el número, más hacia el Oeste" caminas hasta la próxima esquina y…no, volviste a errar, te quedaste en la Octava con la Trece. Y, tocada y hundida, vuelves en la otra dirección, hacia la otra esquina.
(*Al terminar de escribir me pregunto si el prefijo telefónico de Nueva York (que es el 212) es por el número de calles que hay en Manhattan -212- (gran chorrada pero no importa), seguiremos informando)
Jejeje, que recuerdos!!
ResponderEliminarME GUSTA! :)
xx <3