Tras seis meses de reclutamiento en Nueva York, llegó mi primer mini viaje, a tan solo cuatro horas en autobús (Greyhound, Peter Pan son algunas de las empresas que hacen el itinerario) me encontré con esta ciudad que nada tiene que ver con Nueva York. En Boston no hay rascacielos o una actividad, aparentemente, frenética pero, eso si, la ciudad presume de ser el alma del movimiento abolicionista, de ser el motor de la independencia de EE.UU. y, también, de ser el centro neurológico de los movimientos feministas. Es la ciudad de los pioneros.
Hitos que se atribuyen a esta ciudad: El primer telegrama, la primera llamada telefónica, la primera escuela abierta, la primera casa de Gobierno, la primera biblioteca pública, la primera intervención quirúrgica sin dolor, el baloncesto, el béisbol, el primer estadio deportivo.. (Rebobinemos, las primeras bibliotecas del mundo se encontraron en la antigua Mesopotamia alrededor de 4000 años antes de Cristo en las ciudades Asirias y Babilónicas, por no hablar de la de Alejandría. La palabra estadio proviene del griego stadion y el más antiguo del que se tiene registro es el de Olympia, por apuntar algo...)
En la ciudad, destacan el bonito Boston Common, el parque más antiguo de EEUU., y el barrio de Beacon Hill, zona de operaciones del estrangulador de Boston. Todas las calles de este barrio están empedradas y sus puertas tintadas con varios colores como en Irlanda. Aunque, en realidad, y tal y como le comenté a un lugareño, la casa de mi abuela tiene la misma antigüedad que las tan sabidas casas del este centro histórico estadounidense.
También en barrios más modernos como Backbay, los nuevos edificios se combinan con fachadas victorianas. Boston, realmente, guarda el aspecto que ya presentaba hace siglos ya que las estrictas ordenanzas municipales prohíben derribar ningún inmueble. De ahí que barrios como Back Bay combinen las casas de estilo victoriano con los rascacielos, y se produzcan contrastes tan acentuados como el de la plaza Copley.
Cerca del Distrito Financiero se encuentra el Quincy Market/Faneuil Hall, la pintoresca antigua lonja, hoy convertida en centro comercial, famosa por sus puestos de marisco. Lo mas típico de Boston son, de hecho, sus ostras y sus langostas (fiel reflejo del ambiente high class-piji comentado anteriormente) y, el lugar donde mas fama tienen, el Union Oyster House, inaugurado en 1826, el restaurante más antiguo de EE.UU.
Hasta que se fueron a California y el culto por los libros y la erudición se tornara espectáculo y entretenimiento, todo pasaba en Boston. Al otro lado del río Charles (donde se celebran las regatas universitarias y en cuyas orillas se rodó Love Story) está Cambridge, sede de la célebre universidad de Harvard, el centro de estudios superiores más antiguo de todo EE.UU. (ha cumplido su 375 aniversario en este 2011). Este centro está considerado, además, la mejor universidad del mundo. Pese a ello, ha acogido a personalidades de dudosa talla intelectual como George W. Bush o Aga Khan IV, (imán de los imanes chiitas, nacido en Suiza y de profesión desconocida y más popular por ser el hijastro de Rita Hayworth). Lo que me convenció de que, a base de talonario, la reputación cae en saco roto.
En cualquier caso, es más que plausible el hecho de que el principal motor económico de Boston siga siendo la educación y la investigación. No en vano cuenta con 56 universidades, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), 37 hospitales y tres escuelas de música. Cambridge, el bonito centro de estudiantes, se asemeja a un pequeno pueblo de ambiente residencial, muy tranquilo y calmado. Vamos, que me daban ganas de estudiar hasta a mi, que no paro quieta.
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